Sí, lo digo así, sin rodeos: la Escucha Activa es la leche.
Y no porque sea una moda del coaching, sino porque escuchar de verdad puede cambiarte la vida.
Yo vengo del coaching PNL, acostumbrado a trabajar con metas, estrategias y transformaciones. Pero la escucha activa llegó a mí sin buscarla… y desde entonces no me he separado de ella.
No sabría decir en qué momento apareció, pero un día me di cuenta de que ya no hacía coaching “de manual”. Escuchaba diferente.
No guiaba: acompañaba.
No corregía: comprendía.
Y ahí empecé a entender que escuchar puede ser más poderoso que hablar.
Cuando descubrí que menos palabras pueden hacer más
En el coaching tradicional todo gira en torno a un objetivo.
Pero en la Escucha Activa, ese objetivo no existe.
El cliente no viene a alcanzar una meta concreta, sino a compartir lo que le pasa, a entender su propio proceso.
Yo suelo decir que el cliente habla un 80% y el coach un 20%, y ese 20% no son discursos ni consejos, son reflejos, propuestas y comprensión.
Y eso, aunque parezca poco, abre caminos profundos.
Porque cuando alguien te escucha sin querer arreglarte, empiezas a arreglarte tú solo.
El ejemplo que siempre uso
A veces me preguntan: “¿Pero qué es exactamente la Escucha Activa?”.
Y suelo responder con algo que todos hemos vivido.
¿Recuerdas cuando de pequeño hacías una trastada y temías la gran bronca de tus padres?
Y, en lugar de eso, te escuchaban y te decían: “Eso no se hace, pero tranquilo”.
¿Recuerdas ese alivio?
Ese momento en el que el cuerpo se relaja porque te sientes comprendido.
Eso, exactamente eso, es la Escucha Activa.
Esa sensación de descanso emocional cuando alguien te escucha sin juicio.
300 sesiones después… y un nuevo descubrimiento
Desde que la Escucha Activa apareció en mi vida, he realizado más de 300 sesiones individuales.
Cada persona, cada historia, cada silencio me ha enseñado algo nuevo sobre la forma en que nos comunicamos.
Pero ahora estoy descubriendo otro nivel: la Escucha Activa Grupal Presencial.
En grupo, todo cambia.
A través de preguntas y experiencias compartidas, las personas se descubren unas a otras.
Se reconocen en las historias de los demás, y en ese reconocimiento crecen.
El grupo se convierte en un espejo que muestra lo que uno solo no logra ver.
En Mauxita, escuchar es un acto de transformación
Hoy lo tengo claro: la Escucha Activa es la leche porque no busca cambiarte, sino acompañarte.
Porque cuando te sientes escuchado, todo se recoloca.
Y porque, aunque no sé cómo llegó a mí, sí sé que ya no podría trabajar sin ella.
En Mauxita.com, cada sesión —individual o grupal— es un espacio donde la palabra fluye, el juicio se apaga y la persona se encuentra consigo misma.
Descubre la Escucha Activa en Mauxita y vive la experiencia de ser escuchado de verdad.
La Escucha Activa es la leche


