Categorías
Uncategorized

Siempre seré aprendiz

Siempre seré aprendiz si aprendiz, hace poco compré un libro que, a simple vista, podría parecer uno más de esos manuales que se quedan en la estantería. Pero para mí no es así. Este libro sobre técnicas de escucha representa un recordatorio de que, aunque llevo años trabajando como coach en PNL y escucha activa, todavía me falta mucho por aprender.

Lo digo sin miedo y sin pudor: no soy un erudito en la materia. Y precisamente por eso me esfuerzo en leer, estudiar e instruirme con cada recurso que llega a mis manos. Porque si quiero acompañar a otros en su camino, primero necesito seguir recorriendo el mío con honestidad, humildad y constancia.

Este libro no es solo un objeto. Es un símbolo. Simboliza que la escucha no se domina nunca del todo, que siempre se puede mejorar y que la verdadera maestría está en mantener la curiosidad y las ganas de aprender.

Nace un nuevo proyecto: Ágora Hubs

En paralelo a este aprendizaje, estoy comenzando a dar forma a un proyecto que me ilusiona y me reta: Ágora Hubs. Su nombre no es casualidad. En la antigua Grecia, el Ágora era la plaza donde la gente se reunía para debatir, conversar y confrontar ideas sobre los temas más importantes de su tiempo.

Eso quiero que sea Ágora: un espacio donde las personas puedan expresarse con libertad, compartir lo que llevan dentro y sentirse escuchadas de verdad. Un lugar donde la palabra recupere su poder y donde la escucha se convierta en la herramienta para generar comunidad, reflexión y cambio.

No me engaño. Sé que este proyecto tardará tiempo en ver la luz. Porque no quiero improvisar, ni levantar algo vacío y superficial. Quiero prepararme bien, aprender de los grandes profesionales que han recorrido este camino antes que yo, y ofrecer un espacio que tenga sentido y valor real.

Humildad antes que perfección

Reconozco que muchas veces el mundo del desarrollo personal parece lleno de certezas absolutas, frases hechas y “gurús” que parecen tener todas las respuestas. Yo no estoy en ese lugar. Yo no tengo todas las respuestas.

Lo que sí tengo es la certeza de que escuchar transforma. He visto cómo una conversación sincera puede aliviar un peso enorme, cómo el simple hecho de sentirse comprendido puede abrir caminos que antes parecían cerrados. Y eso es lo que quiero seguir perfeccionando: mi capacidad de escuchar, de estar presente y de sostener espacios donde otros puedan crecer.

Un compromiso a largo plazo

Mi compromiso con Ágora y conmigo mismo es claro: no dejar de aprender. Porque cada libro, cada charla, cada conferencia y cada conversación me acerca un poco más a la persona y al profesional que quiero ser.

Ágora Hubs será ese espacio donde compartir lo aprendido, pero también donde seguir aprendiendo juntos. Porque al final, escuchar no es un destino, es un viaje.

Siempre seré aprendiz

Siempre seré aprendiz, hace poco compré un libro que, a simple vista, podría parecer uno más de esos manuales que se quedan en la estantería. Pero para mí no es así. Este libro sobre técnicas de escucha representa un recordatorio de que, aunque llevo años trabajando como coach en PNL y escucha activa, todavía me falta mucho por aprender.

Categorías
Uncategorized

Por qué he decidido no trabajar con menores

Por qué he decidido no trabajar con menores, hoy me preguntaron si podía trabajar con chavales, ofreciendo sesiones de escucha activa y acompañamiento. Mi respuesta fue clara: no. Y quiero explicar por qué. No se trata de un rechazo, sino de una elección consciente, que nace tanto de mi experiencia como de mi honestidad.

Desde que empecé a dedicarme a la escucha activa, siempre tuve claro que mi espacio estaba con adultos. Con personas que ya han recorrido parte de su camino, que se enfrentan a retos de vida y trabajo, que buscan un equilibrio entre lo personal y lo profesional, o que están iniciando proyectos propios. En ese terreno siento conexión, confianza y, sobre todo, la certeza de que puedo aportarles valor real.

Con los menores, la situación es diferente. Acompañar a chavales requiere no solo una preparación específica, sino también un tipo de sensibilidad distinta. Ellos viven procesos de desarrollo, cambios emocionales y sociales que no son iguales a los de un adulto. Y aunque valoro muchísimo a quienes trabajan en esa área, yo mismo no me siento preparado para hacerlo. Prefiero reconocerlo antes de aceptar un trabajo en el que no pueda dar lo mejor de mí.

Para mí, el “feeling” es fundamental. En una sesión de escucha activa, la confianza y la comodidad entre ambas partes marcan la diferencia. Si yo no me siento cómodo, esa conexión se resiente. Y si no hay conexión, la persona que está frente a mí no recibe el acompañamiento que merece. Por eso, creo que ser honesto en este punto es un acto de responsabilidad.

Además, siempre he definido mi público objetivo: personas de 27 años en adelante. ¿Por qué esa franja? Porque, a partir de esa edad, suelen aparecer preguntas y desafíos distintos: la búsqueda de estabilidad laboral, las decisiones sobre proyectos personales, la gestión de emociones en el entorno familiar o empresarial. Son retos que requieren un espacio de escucha profunda, y ahí es donde mi experiencia y metodología encajan mejor.

Algunas personas podrían pensar que cerrar una parte del público es limitarse. Yo lo veo al revés: es enfocarse. Cuanto más claro tengo a quién puedo ayudar, más útil me vuelvo para esas personas. Y al mismo tiempo, puedo derivar a profesionales especializados aquellos casos en los que sé que no soy la mejor opción. De esa forma, todos ganamos: la persona recibe el apoyo adecuado, y yo me mantengo fiel a mi propósito.

En definitiva, mi decisión de no trabajar con menores nace de la honestidad y del respeto. Honestidad conmigo mismo, porque sé cuáles son mis fortalezas y limitaciones. Respeto hacia los jóvenes, porque merecen profesionales preparados para acompañar sus procesos. Y respeto hacia los adultos con los que sí trabajo, porque a ellos les puedo ofrecer lo mejor de mí.

Acompañar a alguien en su camino emocional es una gran responsabilidad. Y la responsabilidad también consiste en saber decir “no” cuando es necesario.

Por qué he decidido no trabajar con menores

Cada etapa de la vida necesita su propio acompañamiento.

Categorías
Uncategorized

¿La IA puede reemplazar a un coach?

¿La IA puede reemplazar a un coach? vivimos en una era en la que la inteligencia artificial parece capaz de hacerlo todo. Puede escribir textos, analizar datos, proponer ejercicios y hasta responder preguntas profundas. Ante esto, surge una pregunta natural: ¿podría la IA algún día reemplazar a un coach profesional?

La respuesta, aunque sencilla, es contundente: no. La IA puede ser una herramienta poderosa para los coaches, pero no puede sustituir lo esencial de su trabajo: la presencia, la empatía y la conexión humana.

Es cierto que la IA tiene muchas capacidades útiles. Puede generar nuevas preguntas que inviten a la reflexión, sugerir ejercicios de PNL o dinámicas para explorar emociones, e incluso organizar un seguimiento de objetivos y progresos. Todo esto puede ahorrar tiempo y aportar ideas frescas a un profesional, funcionando como un asistente creativo siempre disponible. Un coach que aprovecha estas herramientas puede ser más eficiente y ofrecer sesiones más enriquecedoras.

Sin embargo, ser coach no se trata solo de hacer preguntas o dar ejercicios. Ser coach implica estar presente con la persona que tienes delante, escuchar más allá de sus palabras, captar emociones sutiles, pausas y silencios que dicen mucho más que cualquier algoritmo. Implica ofrecer un espacio seguro donde la otra persona pueda abrirse sin miedo a ser juzgada. Esa conexión profunda, basada en la confianza y en la comprensión humana, es algo que ninguna máquina puede replicar.

Pensemos en un momento difícil: alguien atraviesa una crisis profesional, siente miedo o frustración y busca apoyo. Un algoritmo puede ofrecer palabras correctas, preguntas interesantes o ejercicios para reflexionar, pero no puede sostener emocionalmente a esa persona, no puede acompañarla con presencia ni transmitirle que alguien la comprende de verdad. Esa parte del coaching, la que transforma emociones y desbloquea cambios internos, sigue siendo exclusivamente humana.

El futuro no consiste en una competencia entre la IA y los coaches. El verdadero potencial está en la integración: usar la inteligencia artificial como herramienta complementaria que potencie el trabajo del coach, no que lo reemplace. La IA puede inspirar nuevas ideas, ayudar a planificar sesiones o generar materiales de apoyo, mientras que el coach aporta el corazón, la sensibilidad y la escucha activa.

En otras palabras, la IA puede afilar el lápiz, pero quien escribe la historia sigue siendo el ser humano. Los coaches que sepan integrar la tecnología a su favor podrán ofrecer sesiones más ricas, creativas y personalizadas. Sin embargo, el valor esencial de la profesión —la relación auténtica, la presencia y la empatía— seguirá siendo insustituible.

Vivimos en una era en la que la inteligencia artificial parece capaz de hacerlo todo. Puede escribir textos, analizar datos, proponer ejercicios y hasta responder preguntas profundas. Ante esto, surge una pregunta natural: ¿podría la IA algún día reemplazar a un coach profesional?
Categorías
Uncategorized

Aprender a seguir sonriendo

Aprender a seguir sonriendo, Dicen que una sonrisa no puede cambiar el mundo, pero sí puede cambiar un día. Esta foto que ves es de hace un tiempo, de una etapa distinta de mi vida. La miro y me reconozco, pero también reconozco cuánto he cambiado desde entonces. Hoy mi realidad es otra: voy en silla de ruedas, y mi día a día es diferente. Pero algo se mantiene igual — la sonrisa.

Aprender a seguir sonriendo

No es algo que ocurre de un día para otro. Es un proceso, una decisión que se toma cada mañana. Sonreír no significa que todo esté bien ni que los problemas desaparezcan, sino que elijo mirarlos con la certeza de que, por difíciles que parezcan, no me van a quitar las ganas de vivir.

A lo largo del camino he aprendido que la resiliencia no es resistirlo todo sin quebrarse; es aceptar que a veces uno se quiebra, que se permite llorar, que se enfada, que se siente vulnerable. Y, aun así, encuentra la manera de volver a levantarse — aunque levantarse signifique algo distinto a lo que antes significaba.

Esta foto me recuerda algo muy importante: siempre hay algo de nosotros que permanece intacto, por mucho que cambie nuestro entorno. Las circunstancias pueden transformar nuestra rutina, nuestro cuerpo o incluso nuestros planes, pero no tienen por qué arrebatarnos nuestra esencia.

Cuando hablo de sonreír, no me refiero solo a la expresión en el rostro, sino a una actitud ante la vida. Significa buscar pequeñas razones para agradecer, incluso en días difíciles. Significa rodearse de personas que nos hagan bien, que nos recuerden quiénes somos y hacia dónde queremos ir. Significa encontrar espacio para la alegría, incluso cuando parece que no queda sitio para ella.

No siempre lo consigo

Hay días en que la sonrisa tarda en aparecer, y está bien que así sea. La resiliencia también es permitirnos sentir el peso de las cosas, no obligarnos a estar felices todo el tiempo. Pero siempre llega un momento en que elijo volver a sonreír, porque es mi manera de decirme a mí mismo: sigo aquí, sigo siendo yo.

Si hoy estás pasando por un momento complicado, te invito a que mires tus propias fotos antiguas, no con nostalgia, sino con gratitud. Esa persona que ves ahí te trajo hasta este punto. Y aunque la vida haya cambiado, sigues teniendo en ti la capacidad de sonreír, de crear algo nuevo y de volver a ilusionarte.

Aprender a seguir sonriendo es un acto de rebeldía ante las circunstancias. Y esa rebeldía, lejos de ser negativa, es la que nos mantiene vivos.

Aprender a seguir sonriendo, Dicen que una sonrisa no puede cambiar el mundo, pero sí puede cambiar un día. Esta foto que ves es de hace un tiempo, de una etapa distinta de mi vida. La miro y me reconozco, pero también reconozco cuánto he cambiado desde entonces. Hoy mi realidad es otra: voy en silla de ruedas, y mi día a día es diferente. Pero algo se mantiene igual — la sonrisa.
Categorías
Uncategorized

This is my life

This is my life, este texto es un extracto de los últimos cinco años de mi vida, un periodo en el que me han ocurrido muchas cosas. Ya no quiero centrarme en mi enfermedad; aunque forme parte de mi historia, mis escritos deben mirar hacia adelante. Por eso, empezaré por un momento clave: el día que compré el dominio mauxita.com.

En aquel momento, creía que lo único que necesitaba era una web, pero no tenía ni idea de cómo se hacía ni podía permitirme que alguien la desarrollara. Aún estaba estudiando coaching y PNL, y tras un mes buscando el nombre adecuado, finalmente compré el dominio. Después, me lancé a YouTube en busca de tutoriales que me enseñaran a crear la página, y así, poco a poco, fui aprendiendo. Durante casi tres años hice y deshice la web varias veces. Incluso el último año la borré por completo y la volví a rehacer en dos meses, esta vez más dinámica y con menos texto, siguiendo los comentarios de los usuarios.

Paralelamente, aunque la web no era perfecta, comencé a trabajar con lo que estaba aprendiendo. Pero me hice una pregunta fundamental: “¿Cómo voy a dar sesiones si no tengo experiencia?” La respuesta fue clara: lanzarme a la práctica. Me apunté a la ONG Homeless Entrepreneur y desde entonces, casi tres años después, sigo dando sesiones y aprendiendo de la experiencia. No todas las personas reaccionan igual, pero cada encuentro me ha enseñado mucho, especialmente porque estas personas enfrentan problemas que la mayoría nunca vivirá.

Trabajar en mi proyecto Mauxita siempre ha sido fundamental para mí. Me encanta dar sesiones a quienes lo necesitan, pero siempre he pensado que Mauxita debía evolucionar. Esa evolución ha venido creando nuevos servicios que se conectan de alguna manera con Mauxita, ofreciendo soluciones que antes no se me había ocurrido brindar.

Mis servicios actuales son:

  • Coaching PNL, para ayudar a las personas a alcanzar sus objetivos.
  • Mejora de relaciones interpersonales, enfocada en tener una mejor comunicación con familiares, amigos o en el trabajo.
  • Escucha activa, resumida en ayudar a las personas a lograr estabilidad emocional en su vida.

A partir de esta base, he desarrollado Naxoswork, donde la escucha activa se aplica en empresas, beneficiando a sus trabajadores. Próximamente, para el próximo año, estoy preparando Ágora Hubs, un proyecto centrado en dar charlas y conferencias, con el objetivo de mostrar que trabajar con la escucha activa puede mejorar la comunicación y la sociedad en general.

Por otro lado, a través de Neting, pondré todos los servicios de Mauxita a disposición de más personas y empresas, facilitando que más gente pueda beneficiarse de la escucha activa, el coaching PNL y la mejora de relaciones interpersonales.

Y por último, aunque todavía no es momento de hablar mucho de ello, tengo Kairo Coach, un proyecto que compartirá su historia cuando llegue el momento.

En definitiva, esta es mi pequeña historia de los últimos cinco años: aprendizajes, proyectos y visión hacia un futuro lleno de oportunidades.

This is my life

This is my life, este texto es un extracto de los últimos cinco años de mi vida, un periodo en el que me han ocurrido muchas cosas. Ya no quiero centrarme en mi enfermedad; aunque forme parte de mi historia, mis escritos deben mirar hacia adelante. Por eso, empezaré por un momento clave: el día que compré el dominio mauxita.com.1111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111

Categorías
Uncategorized

Alex Márquez

Alex Márquez. Cuando escuchamos su nombre, pensamos en velocidad, constancia y esfuerzo. Muchos conocen a su hermano Marc, un talento innato que arrasa en MotoGP. Pero Alex no nació con ese “don” para las motos. Desde pequeño, sabía que no era el más rápido ni el más natural pilotando. Y aun así, con trabajo, disciplina y perseverancia, se convirtió en campeón del mundo en dos categorías.

Su historia nos recuerda algo poderoso: mejorar no depende de un talento especial, sino de la constancia y el trabajo diario. Si alguien puede medirse frente a su hermano prodigio y alcanzar grandes logros, nosotros también podemos mejorar nuestra vida, aunque ahora parezca que empezamos desde cero.

No se trata de competir con los demás, ni de demostrar nada a nadie. La verdadera competencia es con uno mismo. Cada paso que damos para aprender, crecer y mejorar nuestras habilidades o relaciones nos acerca a una versión más completa de nosotros mismos. Como Alex entrenó miles de horas para perfeccionar su pilotaje, nosotros podemos trabajar cada día en nuestra vida, en nuestras relaciones con familiares, amigos o compañeros de trabajo, y en nuestro entorno personal.

La clave está en tomar responsabilidad por nuestra propia mejora. No esperar a que llegue la motivación, sino crear rutinas y hábitos que nos impulsen hacia adelante. Alex se levantó después de caídas, derrotas y errores, y aprendió a valorar cada pequeña mejora. De la misma manera, mejorar nuestra vida requiere paciencia y disciplina. No sucede de la noche a la mañana, pero cada esfuerzo cuenta y suma.

Además, mejorar no solo nos beneficia a nosotros: tiene un efecto directo en quienes nos rodean. Ser más empáticos, organizados o conscientes impacta en nuestras relaciones y en la armonía del entorno. Es un círculo virtuoso que empieza con un solo paso: decidir trabajar para mejorar.

No necesitamos ser subcampeones del mundo para sentirnos exitosos. La verdadera satisfacción viene de ver cómo nuestras acciones diarias nos hacen crecer, aprender y contribuir. Así como Alex se midió frente a sus límites para alcanzar grandes logros, nosotros podemos medirnos frente a nuestros propios objetivos y descubrir de qué somos capaces.

Alex Márquez. Un nombre que inspira fuerza, constancia y aprendizaje. Y una lección que podemos aplicar en nuestra vida: no importa dónde estés hoy; lo que importa es empezar, mantener la constancia y disfrutar del proceso de crecimiento personal. Cada acción cuenta, y cada día es una oportunidad para acercarte a la vida que deseas.

Alex Márquez. Cuando escuchamos su nombre, pensamos en velocidad, constancia y esfuerzo. Muchos conocen a su hermano Marc, un talento innato que arrasa en MotoGP. Pero Alex no nació con ese “don” para las motos. Desde pequeño, sabía que no era el más rápido ni el más natural pilotando. Y aun así, con trabajo, disciplina y perseverancia, se convirtió en subcampeón del mundo en dos categorías.
Alex Márquez. Cuando escuchamos su nombre, pensamos en velocidad, constancia y esfuerzo. Muchos conocen a su hermano Marc, un talento innato que arrasa en MotoGP. Pero Alex no nació con ese “don” para las motos. Desde pequeño, sabía que no era el más rápido ni el más natural pilotando. Y aun así, con trabajo, disciplina y perseverancia, se convirtió en subcampeón del mundo en dos categorías.
Categorías
Uncategorized

NaxosWork & RRHH

Gestionar un equipo, aunque sea pequeño, no es tarea sencilla. Incluso en empresas de hasta 20 personas, alguien debe asumir la responsabilidad de cuidar la comunicación, prevenir conflictos y mantener la motivación del equipo. No todas estas empresas tienen un departamento formal de Recursos Humanos, pero el rol de quien gestiona al equipo es crucial para el éxito de la organización.

NaxosWork ofrece un enfoque diferente al coaching tradicional: se centra en la escucha activa individual, proporcionando un espacio seguro donde cada miembro del equipo puede expresar sus preocupaciones, aclarar malentendidos y encontrar soluciones efectivas. Para responsables de personas, esto se traduce en una herramienta poderosa para entender mejor a su equipo y actuar de forma estratégica.

Aunque no exista un departamento de RR. HH. formal, NaxosWork permite a los responsables de personas identificar problemas antes de que se conviertan en conflictos mayores, mejorando la comunicación y fortaleciendo la cohesión del equipo. Esto se refleja en un mejor clima laboral, mayor motivación y, en última instancia, en un aumento de la productividad.

Los beneficios clave para los responsables de RR. HH. incluyen:

  • Comprensión profunda del equipo: detectar necesidades, preocupaciones y bloqueos de forma individual.
  • Prevención de conflictos: intervenir de manera efectiva antes de que los problemas se amplíen.
  • Mejora del clima laboral: fomentar un ambiente donde cada empleado se sienta escuchado y valorado.
  • Incremento de la productividad: equipos motivados y comprendidos trabajan de manera más eficiente.

NaxosWork está diseñado específicamente para empresas de hasta 20 personas, asegurando que cada sesión individual tenga un impacto real y personalizado. No requiere estructuras complejas ni procesos largos; basta con la disposición de los responsables de personas para mejorar la comunicación y la relación con su equipo.

Incorporar NaxosWork es, para los responsables de RR. HH., invertir en la salud emocional y el rendimiento de su equipo, fortaleciendo la cultura organizacional y asegurando que cada miembro tenga un espacio donde pueda ser escuchado y comprendido.

Si eres responsable de un equipo pequeño, NaxosWork puede ayudarte a mejorar la comunicación, resolver conflictos y potenciar la motivación de tus empleados. Cada sesión individual es un paso hacia un equipo más conectado, productivo y satisfecho.

Gestionar un equipo, aunque sea pequeño, no es tarea sencilla. Incluso en empresas de hasta 20 personas, alguien debe asumir la responsabilidad de cuidar la comunicación, prevenir conflictos y mantener la motivación del equipo. No todas estas empresas tienen un departamento formal de Recursos Humanos, pero el rol de quien gestiona al equipo es crucial para el éxito de la organización.

Categorías
Uncategorized

Qué siente el cliente

Qué siente el cliente al tener su primera charla conmigo es algo que pocas veces experimenta en su día a día: un espacio donde puede hablar libremente, sin juicios, y ser realmente escuchado. Al principio, suele haber una mezcla de curiosidad y cierta desconfianza: “¿Me entenderá? ¿Podrá ayudarme?”. Algunos llegan con expectativas concretas, otros con dudas sobre si esto les servirá para algo.

Desde el primer minuto

Mi objetivo no es ofrecer soluciones inmediatas ni empezar un proceso de coaching, sino comprender al cliente, sentir qué le preocupa y cuáles son sus verdaderas necesidades. Para la persona, esto puede generar sorpresa: no todos esperan que alguien dedique tiempo completo a escucharles, preguntar y explorar su situación sin presionarlos. Esa sensación de ser realmente comprendido produce un alivio sutil, incluso antes de que surja cualquier propuesta de trabajo.

Durante la charla, la mente del cliente alterna entre explicarse a sí mismo, reflexionar sobre lo que dice y percibir cómo lo recibe la otra persona. Pueden aparecer pensamientos como “Nunca me habían preguntado esto así” o emociones que habían estado contenidas. Algunos sienten claridad, otros confusión temporal, y todos experimentan el simple hecho de ser escuchados activamente. El cuerpo también responde: se relaja, la respiración se hace más tranquila y a veces se nota un leve cambio de postura, como si soltaran un pequeño peso emocional.

Al final de la charla

Surge un momento de decisión compartida: entre los dos evaluamos si continuar con coaching PNL, escucha activa, mejora de relaciones o si quizá es mejor que busque otra alternativa que se ajuste más a sus necesidades. Para el cliente, esto puede ser liberador: no se siente presionado, sino acompañado en la exploración de su situación y en la elección de la mejor vía para avanzar.

Incluso

Si no llegamos a trabajar juntos, muchas personas salen con algo valioso: sentirse comprendidas, haber puesto en palabras lo que les preocupaba, y una sensación de claridad sobre sus próximos pasos. Esa primera charla no es una sesión formal, pero marca un antes y un después en la forma en que el cliente se relaciona con su problema y consigo mismo.

Qué siente el cliente al tener su primera charla conmigo es algo que pocas veces experimenta en su día a día: un espacio donde puede hablar libremente, sin juicios, y ser realmente escuchado. Al principio, suele haber una mezcla de curiosidad y cierta desconfianza: “¿Me entenderá? ¿Podrá ayudarme?”. Algunos llegan con expectativas concretas, otros con dudas sobre si esto les servirá para algo.

Categorías
Uncategorized

Quiero ser valiente

Quiero ser valiente. No valiente como los héroes de las películas, ni como aquellos que arriesgan su vida en actos espectaculares. Quiero ser valiente en la vida cotidiana, en los silencios incómodos, en las conversaciones difíciles, en los momentos en los que mirar hacia otro lado sería más fácil. Quiero ser valiente para decir lo que pienso sin miedo a ser juzgado, para mostrarme tal como soy, con mis miedos, mis límites y mis sueños intactos.

Ser valiente

Significa enfrentarse a la vulnerabilidad. Significa aceptar que no siempre tengo todas las respuestas, que a veces me equivoco, que a veces siento miedo, tristeza o frustración, y aún así seguir avanzando. Es abrir un espacio para mí mismo y para los demás, para escuchar de verdad, sin interrumpir, sin corregir, sin juzgar. Porque la verdadera valentía no está en imponer, sino en comprender y acompañar.

Quiero ser valiente para crear, para arriesgarme a emprender proyectos nuevos, aunque no tenga garantías de éxito. Para invertir tiempo, energía y recursos en ideas que pueden cambiar la vida de otros, incluso cuando otros no las entiendan. Para confiar en mi instinto y en mi capacidad de adaptación, y aceptar que cada error es una lección, no una derrota.

Ser valiente también es asumir la responsabilidad de mi bienestar emocional y el de quienes confían en mí. Es no dejar que el estrés, la presión o la rutina apaguen mi curiosidad, mi creatividad y mi empatía. Es darme permiso para sentir, para reflexionar, para parar cuando hace falta, y volver a empezar con más claridad y fuerza. Porque ser valiente no es nunca detenerse, sino detenerse cuando es necesario y retomar el camino con conciencia.

Quiero ser valiente

Para decir “no” cuando algo no está alineado con mis valores, y “sí” cuando veo una oportunidad de hacer bien a otros. Para sostener conversaciones difíciles en empresas, en equipos o con personas que aprecio, sin evitar el conflicto ni buscar la aprobación de todos. Para guiar, acompañar y enseñar desde la autenticidad, sin esconder mis dudas ni mis límites.

Quiero ser valiente para enfrentarme a mis propias creencias limitantes, a mis ideas fijas, y cuestionarlas sin miedo. Para aceptar que lo que hoy pienso puede cambiar mañana, y que aprender es más importante que tener razón. Para explorar lo desconocido, para escuchar de manera activa, para conectar con los demás más allá de palabras y estructuras, y para descubrir lo que realmente les importa.

Al final, una elección diaria. Es un compromiso con uno mismo y con los demás. Es mirar la vida con ojos abiertos, con corazón dispuesto y con manos que no temen construir, aunque el terreno sea incierto. Quiero ser valiente porque solo así puedo ser verdaderamente yo, y solo así puedo ayudar a otros a encontrar su propio valor en un mundo que muchas veces no deja espacio para la autenticidad.

Quiero ser valiente. No valiente como los héroes de las películas, ni como aquellos que arriesgan su vida en actos espectaculares. Quiero ser valiente en la vida cotidiana, en los silencios incómodos, en las conversaciones difíciles, en los momentos en los que mirar hacia otro lado sería más fácil. Quiero ser valiente para decir lo que pienso sin miedo a ser juzgado, para mostrarme tal como soy, con mis miedos, mis límites y mis sueños intactos.
Categorías
Uncategorized

¿Todas las ideas son plausibles?

¿Todas las ideas son plausibles? Vivimos en un mundo donde las ideas vuelan libres, se replican en segundos y alcanzan a millones. Nos enseñan que toda opinión tiene derecho a existir, que la diversidad de pensamiento es la esencia de la democracia. Y, sin embargo, hay algo incómodo en esa máxima: ¿realmente todas las ideas son plausibles?

La palabra “plausible”

No significa simplemente “puede decirse”. Significa que la idea puede sostenerse sin romper la realidad, la ética o la dignidad humana. Por eso, no todas las ideas son iguales. Algunas son radicalmente destructivas, y aunque existan en la mente de alguien, su existencia no las hace razonables. Una teoría conspirativa absurda puede ser inofensiva, aunque estúpida; una idea que promueve el odio o la exclusión es peligrosa y dañina.

Esto no significa que debamos silenciar a quienes la sostienen, ni que merezcan castigo físico o social extremo. Significa que debemos evaluar la plausibilidad de una idea con cabeza fría y corazón despierto. Una idea puede ser teóricamente posible, pero moralmente inaceptable. Por ejemplo, la idea de que un grupo de personas merece menos derechos por su origen o su identidad no es solo cuestionable: es dañina. Su plausibilidad ética es nula, aunque algunas personas la defiendan con pasión.

Aquí surge

La tensión más interesante: la mente humana puede concebir cualquier cosa, incluso lo inverosímil, y esto no hace que la idea sea válida. Nuestra responsabilidad es discernir, no censurar con violencia, sino con reflexión y crítica. La historia está llena de ideas que parecían plausibles en su momento y causaron devastación: teorías raciales pseudocientíficas, ideologías totalitarias, discursos que justificaban la guerra. La plausibilidad no es solo cuestión de lógica, también es cuestión de impacto.

Pero no todas las ideas dañinas se explican solo con malicia; muchas nacen del miedo, la ignorancia o el dolor. Escuchar, aunque duela, nos permite entender la raíz de esas ideas y, quizá, desactivarlas antes de que generen daño real. La escucha activa se convierte así en un filtro ético: no todas las ideas son plausibles, pero todas pueden ser escuchadas sin celebrar ni reproducir el daño que llevan consigo.

En última instancia, la plausibilidad no es un derecho automático. No todas las ideas tienen el mismo valor, ni deben recibir la misma consideración. Algunas deben ser cuestionadas, confrontadas y desafiadas. Otras, simplemente, deben ser ignoradas cuando solo buscan sembrar miedo y división. Y aún así, ninguna idea justifica violencia contra quien la sostiene. La plausibilidad de una idea se mide por su coherencia con la realidad y su respeto por la humanidad, no por la pasión con la que alguien la defiende.

No, no todas las ideas son plausibles. Y saberlo nos obliga a actuar con criterio, empatía y responsabilidad. Evaluar, cuestionar y dialogar se vuelve no solo un acto intelectual, sino moral. Porque vivir en un mundo donde todo se puede decir no significa que todo merezca ser creído, seguido o celebrado. La verdadera revolución está en discernir con conciencia, reconociendo que algunas ideas son un peligro, pero ninguna vida debería pagarlo.

¿Todas las ideas son plausibles?

¿Todas las ideas son plausibles? Vivimos en un mundo donde las ideas vuelan libres, se replican en segundos y alcanzan a millones. Nos enseñan que toda opinión tiene derecho a existir, que la diversidad de pensamiento es la esencia de la democracia. Y, sin embargo, hay algo incómodo en esa máxima: ¿realmente todas las ideas son plausibles?

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies
LinkedIn
Instagram