“Gasol y el arte de cuidarse”. Así podría resumirse lo que me inspira al leer las palabras de Pau Gasol sobre la importancia de prevenir la obesidad infantil. En la newsletter de Time Out, Pau cuenta cómo se pone el delantal para cocinar una receta muy especial con un objetivo claro: prevenir la obesidad infantil, una realidad que hoy supera por primera vez a la desnutrición en el mundo y que amenaza la salud de millones de niños y niñas. Pero más allá de la cocina, lo que realmente transmite su mensaje es una invitación a reflexionar sobre cómo nos cuidamos como sociedad.
Gasol habla de impuestos al azúcar, etiquetas más claras, escuelas saludables y límites a la publicidad dirigida a los más pequeños. Son medidas concretas, pero detrás de ellas hay una filosofía profunda: educar para prevenir. No esperar a que aparezca el problema, sino sembrar buenos hábitos desde el principio. Y en eso, desde Mauxita, sentimos que compartimos el mismo espíritu.
En Mauxita no cocinamos alimentos, pero sí cocinamos espacios de escucha, reflexión y bienestar emocional. Trabajamos para que las personas aprendan a alimentarse emocionalmente de forma saludable: con palabras sinceras, con vínculos que nutren, con conversaciones que fortalecen en lugar de dañar. Porque igual que una mala dieta puede afectar al cuerpo, una mala comunicación o una falta de escucha puede afectar profundamente al alma.
Cuando un niño crece sin herramientas emocionales, sin alguien que le escuche o le ayude a expresar lo que siente, también está en riesgo. Tal vez no de obesidad, pero sí de aislamiento, ansiedad o frustración. Son distintas formas de malnutrición: una física, la otra emocional. Ambas tienen en común que pueden prevenirse si aprendemos a cuidarnos desde dentro.
Por eso, al leer a Pau Gasol, pienso que su mensaje va más allá de la alimentación. Habla del compromiso con el bienestar integral, de no mirar hacia otro lado cuando algo empieza a fallar, y de entender que cada pequeño gesto —una conversación sincera, una comida equilibrada, un momento de atención— puede cambiar un futuro.
Quizá ese sea el verdadero arte de cuidarse: alimentar cuerpo y mente con la misma consciencia. La Gasol Foundation lo hace a través de la comida; en Mauxita, lo hacemos a través de la escucha. Pero ambos proyectos parten del mismo principio: el bienestar no se impone, se cultiva.
Y cada vez que alguien elige cuidarse —comiendo mejor, escuchando más, hablando con respeto o compartiendo tiempo de calidad— está contribuyendo a un mundo un poco más sano. No solo físicamente, sino también emocionalmente.
Porque al final, como demuestra Pau Gasol, cuidarse es también una forma de educar a los demás para vivir mejor.
Gasol ,el arte de cuidarse

Imagen generada con IA: Gasol cocinando con fines ilustrativos.

